Friday, August 10, 2012

Capítulo 8 "La Llamada"


Volteé a ver a Ignazio quien miraba esperando mi reacción.
—¡Que alegría!— le contesté sarcásticamente, la deje con la mano estirada di la vuelta y caminé hacia donde estaba mi auto.
— ¿Cuál es tu problema Zulema?— era la voz de Ignazio, lo ignore y seguí caminando. — ¿Por que eres así?— me tomó fuertemente del brazo e hizó que girara para verlo de frente.
—Suéltame— le dije mirándolo fijamente
—¿Por qué la trataste asi?— me reclamó sin soltarme
— ¡No la trate mal! simplemente no me interesa saber su nombre ni nada de ella y mucho menos si está relacionada contigo— le contesté fríamente.
—Creí que había quedado claro que no me metería en tu vida— añadí
— ¿No la trataste mal?— pregunto irónico — Sabes que…— pasó una mano por su obscuro cabello —Espero que en realidad lo cumplas y no te metas en mi vida— nuevamente las lágrimas comenzaban a acumularse.
—Perfecto no lo hare EX AMIGO — ya no era rabia, ya no era enojo. Era un coraje que nunca antes había sentido. Una lagrima resbaló por mi mejilla y por el cambio de su rostro seguramente la había visto.
—Zule no… disculpame si te ofendí jámas quize hacerlo te lo ju....— dijo arrepentido, pero antes de darle oportunidad a terminar la oración, me dí la vuelta y salí corriendo hacia donde estaba mi auto.
Me recargue en la puerta y me deslizé sobre esta hasta quedar sentada en el piso. Puse mis brazos sobre mis rodillas y oculté mi rostro.
Estuve así por unos minutos, tratando de controlar mi enojo. -Eso me gano por metiche- dije aún con coraje en mi interior - Eso me gano por preocuparme por otras personas—

— ¿Estás bien?— escuché una voz que me parecía haber escuchado antes. Levante mi mirada para ver de quien se trataba. Rápidamente limpie mis mejillas, eliminando cualquier rastro de lágrimas.
—Si— contesté segura
—Pues no lo parece— tendió su mano hacia mí para ayudarme a ponerme de pie
—Yo… yo... yo..— perfecto Zulemita que mejor que tartamudear como idiota
—Hey no digas nada— dijo serio —No trato de “socializar” sólo pregunté si estabas bien y ya que veo que si lo estas. — dicho esto se dió la media vuelta
-Pero este tipo es más frio que el hielo- pensé mientras veía a Gianluca alejarse.
Me sacudí ya que estaba llena de tierra. Me apresure a llegar a mi auto y lo aborde.

Entré a casa, me sentía pésimo. Lanzé mis llaves en la mesita de la entrada y la bolsa la deje en uno de los sillones.

—Te llamo Ignazio — era la voz de mi madre que provenía desde la sala —Necesita hablar contigo, parecía preocupado— no despegaba su mirada de la laptop — ¿Todo bien?— preguntó
—No…— contesté cabizbaja
— ¿Qué sucedió?— la mire incrédula ¿en realidad le interesaba escucharme?
—Discutimos por…— justo sonó su celular, hizó una mueca extraña y me hizó una seña con su mano para que la esperara y atendió el celular. Comenzó a hablar rápidamente, de negocios y cosas que yo simplemente no entendía. La ilusión que había crecido en mí al pensar que me escucharía se esfumo.
—Buenas noches— le susurre para evitar distraerla, sólo asintió con la cabeza. Regresé a la sala y tomé sólo mi bolso, para después subir a mi habitación.

“Aún después de todo te quiero mucho amiga horrible” reí al leer el mensaje de Ignazio.

Muchos verían algo ‘extraña’ nuestra forma de llevarnos, pero cuando conoces a alguien desde los dos años. La confianza que se forma es inmensa o al menos eso creía yo.

‘Yo no, te quiero’ le respondí, me deje caer en la cama, ya tenía algo de sueño. Nuevamente comenzó a vibrar el celular. Sólo que esta vez no era mensaje.

—Hola, estas tratando de comunicarte con Zulema Perez pero su mejor amigo hirió sus sentimientos y está muy triste como para responder — contesté como si fuera una grabación pude escuchar la risa de Ignazio. —Deja tu mensaje después del tono— dije seguido por un ‘pip…’

—Zulema fui un estúpido, jamás debí haberte hablado asi. Eres mi mejor amiga, mi hermana, parte de mi familia y sé que sólo lo haces porque te importo tanto como tú a mí, asi que espero que me disculpes, pero también que me comprendas. Te quiero amiga— colgó. —Hay Ignazio -pensé –Porque intentas solucionar todo con un ‘te quiero amiga’- Esta vez yo le marque a su celular.

Al otro lado de la linea escuché — Hola estás intentando llamar a Ignazio, pero su mejor amiga está enojada con él, asi que está muy ocupado buscando palabras de disculpa para ella, así que deja tu mensaje—
—Valla ya era hora de que buscaras otras palabras, porque las que tienes como que ya no funcionan muy bien— dije entre risas

— ¿Ah no? — preguntó tímido
— ¿Que no era que no estabas? — ambos reímos
—Sólo para ti sí— respondió divertido — ¿Entonces me disculpas?
—Se puede decir que si— le contesté—Pero lo que dijiste y lo que te dije sigue vigente— cambie mi tóno a uno más serio —Yo no me meto más en tu vida.
—Zule…— alargo
—Ya Ignazio, dejémoslo así ¿está bien?— no quería terminar mal nuevamente.
—Está bien— contestó no muy convencido, más bien nada convencido Pero lo que me había dicho no se me olvidaría jamás.
—Es linda tu novia eh!— le dije sincera, tratando de cambiar de tema
—No es mi novia— rió —Es la primera vez que salimos, es nueva en la escuela.
—Si algo así escuche.
— ¿Laz?— preguntó obvio
—Y Moises— reí
—Oye!… quería preguntarte algo- dijo
—Pregúntame— le contesté divertida
—Hoy en el partido, antes de comenzar.......— no pude evitarlo y comencé a reír ya sabía de lo que me preguntaría —…Hay Zulema Zulema tu risa te delata amiga— se unió a mis risa
—Lo siento, me fue imposible quedarme callada y no burlarme de ese idiota de José.
—Estás loca mujer. — Aclaró — ¿Estas consciente de que si se enteró quien fue?
—Sí, pero no me importa. — Era verdad, en realidad me divertía que supiera que había sido yo! — ¡ Ignazio!— dije recordando lo sucedido con Gianluca — ¿Sabes quién me hablo?— le pregunté —Bueno… solo me preguntó que si estaba bien…— agregue
— ¿Quién?
—Gianluca Ginoble— dije con un dejo de emoción.
— ¿Enserio?— preguntó riendo
—Si… me dijo: ¿Estás bien? y yo le dije: Si y me dice: No parece — comencé a hablar rápidamente
— ¿Cuándo fue eso?
—Fué después de que tu y yo…
—Zule en serio discúlpame— insistió
— Ignazio — reí —…Esta bien— le contesté —Pero sólo con una condición.
— ¿Cual?— preguntó algo inseguro
—Que vayas a apoyarme a la prueba de porristas— sonreí perversamente
— ¿Prueba de porristas?— dijo bastante extrañado —Es broma ¿cierto?
—No señor— contesté risueña
— ¿Quien te dió esa gran idea?— me conocía muy bien —Tu jamás pensarías en una cosa como esa— tenía razón, jamás me pasaría por la mente ser porrista. No porque no me guste, si no por la capitana.
—Laz influyó un poco— reí — ¿Entonces?
— ¿Crees que me perdería eso?— dijo obvio
—Aunque sabes que más bien yo creo que te estás preparando porque ya sabes que perderás la apuesta, y estas intentando acercarte a Linda-
—Si claro Ignazio — solté una carcajada —ya te dije... ve comenzando con mis trabajos que de un día a otro tendré a Ginoble en la palma de mi mano. — colgué

Me sentí de mejor humor ya que por fin las cosas habían vuelto a la normalidad con mi Nazio y habiamos tenido una charla de la mejor.. de esas que no quieres que acaben nunca.

Al día siguiente me puse un short de mezclilla y una blusa pegada, esta vez iba más deportiva obviamente sin perder mi buen estilo ya que era el día que haría la prueba....

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