Dios… tenía un horrible nudo en la garganta.
Eso me explicaba mucho la dura forma de ser de Gianluca.
Trabajar, estudiar y además hacerse cargo de sus pequeños hermanos.
A pesar del que el comentario de Adriana me había dejado en shock, el regreso fue divertido con sus inocentes preguntas sobre su hermano y yo.
—Zulema dime la verdad, ¿son novios?—
—Para nada, no niego que tu hermano es guapo pero dime la verdad ¿Tú crees que el de verdad pueda conquistar a alguien con ese humor que se carga?—dije riendo.
—Pues yo se que mi hermano no es ninguna perita en dulce Zule pero creo que es un diamante en bruto que hace falta pulir. Y yo creo que ese trapito que lo puede hacer brilla ¡Eres tu!— me dijo bastante seria.
Bajamos del auto y de cerca de veinte bolsas que había en la maletera del auto de Gianluca más de la mitad eran de Adriana.
Ella tomó algunas, y yo tomé el resto y una bolsa de las mías con una “compra especial”
Llegámos a la puerta y tocámos el típico timbre de las tres campanas y fue Gianluca quien nos abrió.
—Son las 9:00 de la noche— nos informó en tono de reproche.
— ¿Las nueve?— pregunté sorprendida, como si no me hubiera dado cuenta de que nos habíamos demorado horas comprando.
—Adriana debes dormir ahora mañana deberas estar radiante para tu fiesta nena— le dije acelerada.
—Gianluca si no es mucho pedir puedo llamar a un taxi con tu telefono, lo que pasa es que el mio se quedo sin bateria— pregunté mientras le mostraba mi celular completamente muerto.
—¡Claro que no usarás mi teléfono!— me dijo enojado —Después del gran favor que le hiciste a mi hermana es más que justo que te lleve de regreso a tu casa yo mismo—
Al principio sus palabras me confundieron pero algo dentro de mi se alegraba al saber que el con gusto me quería llevar a mi casa.
Adriana entró a la casa mientras decia —Mañana a las 3 sin falta Zule—
—Claro que sí aquí estaré— le confirmé.
—Vamos sube— dijo Gianluca mientras me abria la puerta del auto.
—Claro— me limite a contestar y me senté en el asiento del copiloto.
Gianluca se acercó para abrocharme el cinturon de seguridad pero yo ya lo había tomado con mis dos manos. El lo tomó de entre mis manos sin dejar de mirarme. En un momento todo el mundo dejo de existir y nos perdimos viendonos el uno al otro. Sólo existíamos él y yo o al menos así me sentía yo.
De repente el bajo la miraba y me abrochó el cinturón en ese momento aproveché lo tome del cuello y le dije —Gracias Gianluca— seguido de esto lo besé y el respondió a mi beso.
—Es tarde tienes que dormir— se limitó a decir.
Yo estaba atontada con tanta magia que no dije nada más. Así seguimos los dos todo el trayecto a casa sin palabras.
Cuando llegámos a mi casa él sólo estaciono el auto.
Yo tampoco quería decir nada más todo era demásiado confuso y en ese momento el silencio era el mejor compañero de ambos.
Abrí la puerta del auto y justo cuando me iba a bajar sentí como Gianluca me tomabá de la muñeca. Volteé para mirarlo.
—Gracias por ayudar a mi hermana Zulema—
—No es nada Gianluca, no hice nada que no me gustará— le guiñe un ojo —Hasta mañana— me baje del carro y entre a mi casa.
Cuando me baje del auto recorde que tenía una cita con Verónica
—En verdad me preocupa, que me querra decir— hable conmigo misma mientras me ponía un poco de labial.
baje del auto y escuche que alguien llamaba mi nombre.
—Zulema, Zulema, Buenos días— era Laz
—Hola amigo ¿Cómo te encuentras?— sonreí
—Bien Zule de mejor humor las cosas no siempre pueden ser negras y parece que empiezo a ver la luz— rió
—Ja Ja Ja si ves la luz no la sigas Laz— bromeé
En ese momento observe a Vero caminando en mi dirección
—Hola Zulema— me saludó —Hola Laz— lo saludo a él también
—Hola nena—le contestó Laz.
—Dejemos los saludos para despues, mejor dime a que te mando tu reina Linda— pregunté
—Ella no me mando a nada vengo aquí porque aunque no me creas yo no soy su subdita ni nada de lo que piensas. Yo soy una persona independiente que hasta hace unos días creía en todas las cosas que malas que ella me decía de tí y por eso en cierta parte estaba de su lado. Pero también se reconocer cuando me he equivocado y por eso estoy aquí.— se quedó observandome para obtener mi respuesta.
—¿Qué qué What? ¿Esto es una broma?— no podía creer lo que acababa de escuchar.
—Creo que este es un asunto de dos y yo salgo sobrando— dijo Laz y siguió caminando hacía la universidad.
—No es ninguna broma se que he cometido errores y no espero que me perdones eso sería mucho pedir, pero si en algo puedo ayudarte lo haré y creo que tengo información que te puede ayudar a recuperar a José si aún te importa. No es justo lo que Linda hizo—
—Que va a mi él ya no me importa. Lo que si me importa es saber que sabes tu pero aclaro que no es para recuperarlo— afrimé
—Es algo privado y a lo mejor loco. Linda siempre estuvo enamorada de José y no se si recuerdes que ella lo seducía y él nunca caía— preguntó
—Si si lo recuerdo incluso le llegó a dejar cartas y flores en el parabrisas del carro— dije
—Ok cuando Linda vió que nada de eso servía armo un plan que esta increible pero es cierto y al parecer fincionó— agachó la cabeza
—¿Que plan? — pregunté
—¿Recuerdas las fotos firmadas por él que estaban en tu casillero de la clase de Educación Física?— me contestó con otra pregunta.
—Claro que las recuerdo por cierto se me perdieron o más bien dicho alguien se las robó— fruncí el ceño.
—En efecto Linda las tomó y las llevó con una persona para hacerle un amarré a José— concluyó
—No te lo puedo creer, claro aquí había algo raro y que mejor explicación que esta— Nunca creí a Linda ser capáz de caer tan bajo recurrir a cosas obscuras con tal de ganarse el amor de mi antiguo novio.
—Y a todo esto por que me lo cuentas Vero que me vas a pedir a cambio—
—No quiero nada lo único que quiero es ser una nueva persona y que mejor que empezar contigo. Jamás te pediría que fueramos amigas pero si algún día necesitas algo de mí no dudes en pedirlo. No soy tan mala como crees— me dijo dulcemente mientras dió la media vuelta y caminó hacía la universidad también.
Admito que estaba demasiado confundida pero en verdad Vero sonaba sincera. Qué cosas en mis manos estaba descubrir el embrujo de linda o dejarla así con mi ex novio que era lo que tenía que hacer. No lo sabía.
Todo el día las palabras de Vero sonaron en mi cabeza una y otra vez.
Cuando salímos escuché una voz
—Son las 3:05pm y tu tenías una cita con mi hermana a las 3:00pm— era Gianluca recordandome la cita con Adriana.
Corrí hacía mi auto, maneje lo más rápido que pude y en 10 minutos ya había llegado a la casa de Gianluca. Toqué el timbre y Adriana me abró la puerta.
—Corre Adriana— le dije alterada
—La fiesta es a las cuatro— le dije recordando la hora marcada con letras rosas en la invitación.
Ambas corrimos escaleras arriba ignorando por completo a Gianluca que justo había llegado detrás de mi en su motocicleta.
Seguí a Adriana hasta su habitación esta era un color violeta su dormitorio estaba decorado por muebles blancos, con una cama de color madera pálido, digno de una princesa, con un delegado velo que la cubría cayendo desde el techo, sin duda una cama hermosa.
—Que linda habitación tienes Adriana— le dije mientras corría el velo que cubría la cama para ver todas las bolsas en esta. Ella solo soltó una ligera risa.
—Bueno anda a ducharte— le dije y asintió con la cabeza antes de entrar al baño.
Comencé a sacar de las bolsas su ropa nueva que habíamos comprado el día anterior y la acómode en su guarda ropa, efectivamente si tenía vestidos, pero se notaba a simple vista que no le quedaban más.
Guarde todos dejando afuera un vestido violeta ya que al parecer era su color favorito, también deje afuera unos zapatos plateados. Se vería hermosa en ese outfit.
Salí de la habitación para que se vistiera, una vez lista me llamó, se veía preciosa.
—Ven para peinarte— le dije y comencé a enchinar su cabello y a acomodar su cabello.
— ¿Lista?— le pregunté y con una enorme sonrisa asintió con la cabeza, estábamos por salir cuando recordé. — ¡Espera!— le dije señalando mi bolsa con la “compra especial” y Adriana comenzó a reír.
—¿Que es?— preguntó
—Espero que lo uses siempre y que te de mucha suerte en tu fiesta Adriana— le dije mientras ponía en ella un pendiente de cristal en forma de corazón.
Me senté en la cama estaba cansada y me quite mis tacones me quede observando lo bella que se veía y en lo feliz que me sentía de estar ayudando a alguien y por primera vez no tratar de ser yo el centro de atención.
—¿Crees que a Gian le gusté?— sonrió
—Claro que si le encantará verte así de Linda— contesté con una gran sonrisa.
Bajamos las escaleras en pequeños saltos, y a la mitad de la escalera logre ver a Gianluca abajo viéndonos.
—Acá te hago entrega de tu princesa— Adriana estalló en risas. Yo miraba a Gianluca expectante, esperando que le dijera algo, mínimo un “Que bonita” pero el desabrido de su hermano sólo la abrazó y le dió un beso en la mejilla.
Cambié mi mirada “expectante” por una fulminante y sin que Adriana se diera cuenta articule sin sonido “Dile algo”
Me obedeció
—Te vez hermosa. — le dijo y Adriana rodeo su cuello con sus brazos.
—Ve y llama a Marko, para ir a dejarte— le dijo soltandola de su abrazo y esta volvió a subir las escaleras para llamar a su hermano.
— Te veo más…— seguramente quería decir “baja” ya que volteó hacia abajo buscando mis tacones, pero estos no estaban más.
— ¿Y eso?— soltó una carcajada di un paso hacia atrás para subir al primer escalón y estar más a su altura.
—Bueno, ya que siempre me críticas y me dices que soy una “hueca” por mi forma de vestir me quite mis tacones para descansar ¿Te molesta?—
Gianluca seguía riendo
—Tal vez— alargue —Con esto ya no digas que soy más “estúpida superficial”— sonreí
—Porque ambos sabemos que tu sabes que no lo soy— concluí
—No lógro entender por qué tienes tanto interés en agradarme— dió un paso hacia mí — ¿Me lo puedes explicar tú?— me miraba fijamente — ¿Me puedes decir por qué tienes tanto interés hacia mí?
—Puede ser porque quiero que seamos amigos…— pase mis manos por su cuello —…o puede ser que me gustes— era más que obvio que no le diría “Por que hice una apuesta con Ignazio”
M
No comments:
Post a Comment