Thursday, August 30, 2012

Capítulo 21 "Se nota que te gusto y sabes que es verdad"



― ¿Lista?― soltó una carcajada 

―A si es― sonreí orgullosa 

―No lo creo― puso los ojos en blanco para luego regresarlos a la guía.

―Es que tu no entiendes Gianluca ― reí ―Te lo demuestro constantemente― quite las hojas del sillón y las puse en la mesa de centro. ― Y soy tan lista...― alargue ―que me he dado cuenta de algo...― dije y sólo sonrió y volteó su mirada hacia mí. 

― ¿De que?― pregunto divertido 

―De que te encanto― y poniéndome de rodillas comencé a avanzar y a eliminar la corta distancia que había entre nosotros. ―De que te vuelvo loco― su rostro estaba neutro, no sonrisa, no ceño fruncido, no nada. ―De que muy dentro de esa 'rudeza' que demuestras, hay sentimientos ― enfatice la última palabra.

― ¿Ah sí?― pregunto con ironía ― ¿Que te hace pensar eso?― puso sus manos en su nuca.

― ¿Que me hace pensar eso?― sonreí y lo tome de los hombros ―Tú― me senté en sus piernas poniendo las mías a sus costados. Saco sus manos y las puso sobre mi cintura para quitarme, pero ante un movimiento que hizo, quedamos recostados en el sillón, más bien, yo quede recostada con el sobre mi. ―Tus reacciones, me hacen pensar eso― pase mis brazos por su cuello formando una cadena, evitando que se alejara. ―Te gusto Gian lo sé simplemente se nota― me atreví a asegurar.

Sus mirada iba de mis labios a mis ojos, lo que daría por saber que era lo que pasaba por su mente. Tal vez había dado en el punto, tal vez si le gustaba. 

Eran escasos los centímetros que nos separaban, podía sentir su cálida respiración mezclarse con la mía, con su brazo izquierdo sostenía su peso, levantó su mano derecha y la acercó a mi rostro y con una suma delicadeza corrió un mechón de cabello que estaba sobre mi frente acomodándolo detrás de mi oreja. Dejo su mano en mi cuello y lentamente acortó la distancia entre nosotros uniendo nuestros labios de la manera más perfecta posible, era la primera vez que me besába 'tiernamente'.

Sus labios se rosaban tan dulcemente con los míos, era completamente increíble, era tan diferente a los besos anteriores. Todos habían sido fantásticos y claramente este no había sido la excepción. -¿Fantásticos?- comenzó a subir un poco la intensidad bajando a mi cuello, por reflejo mis ojos se cerraron, disfrutando del placer que Gianluca se encargaba de producir en mí. 

Al sentir su húmeda lengua rosar mi piel, produjo cosas inexplicables en mi interior, algo que jamás había sentido, y para ser sincera me encantaba.

― ¿Así que crees que me gustas?― su mano derecha, la que anteriormente se encontraba en mi cuello, bajo hasta mi pierna, en la cual comenzó a brindar aniquilantes caricias. Hice un sonido con la garganta como diciendo 'Si' 
―Que estos “encuentros”― Dejo de besarme y delicadamente me separo de él ―Son porque estoy “enamorado”― hizó un estúpido tóno de burla al decir esta última palabra.

―Yo nunca dije eso― dije aturdida y molesta―Pero ahora que lo dices― mordí su labio inferior ―Puede que si lo estés― soltó una amarga carcajada y volvió a besarme y acariciarme.

―Creo que te equivocas― bajo nuevamente a mi cuello para luego regresar dejando un camino de besos por el margen de mi mandíbula. 

―Puede ser que...― susurró en mi oído ―Puede ser que solo quiera acostarme contigo, y adiós― jugueteaba con el lóbulo de mi oreja. Esta vez fui yo la que soltó una carcajada,

 ―Puede que yo sepa que entre más te rechaze más me desearas tu a mí y por lo tanto no conseguiras tu próposito― Ok, este hombre me estaba volteando la jugada la que debía jugar con el era yo no el conmigo. 

―Pero no, en realidad te detesto― sentí sus manos en mi clavícula, haciendo figuras abstractas con las yemas de los dedos. 
―Entonces acabas de descartar todas mis opciones― sonreí sin abrir los ojos ―Así que sólo me queda la de “Solo por sexo.” 

—Tal vez — dijo con una pícara sonrisa.

—No lo creo— contesté segura conectando nuestras miradas.

— ¿Ah no?— preguntó retóricamente

—No- Afirme

— ¿Y por qué no?— regresó a mi cuello tratando de aturdirme nuevamente. Y ¡Aplausos para este chico! Lo estaba logrando.

—Porque tú no eres así — aseveré y este saco su rostro de mi cuello para verme a los ojos.

—Tú no sabes nada sobre mí— afirmó serio.

—Estas equivocado cielo— acaricie dulcemente su mejilla —No creas que eres el único que puede juzgar sin conocer— sonreí victoriosa.

— ¿Entonces no crees que sea así?— separo bruscamente mis piernas acomodándose entre ellas.

— ¿Que vas a hacer?— hice una cara de terror — ¿Violarme?— pregunté y solté una carcajada.

—No se le llama violación, no cuando no vamos a hacer nada que tú no quieras.

— ¿Que estas queriendo decir Ginoble?— levante mi ceja izquierda — ¿Que YOoooo Zulema Perez quiero acostarme contigo? ¡Já!— comencé a reír hasta casi quedar sin aire —Por favor— dije irónica —Si yo quisiera acostarme contigo— cambie mi tóno a uno más frio —Ya lo hubiera hecho hace mucho tiempo. — atrape su labio inferior, desatando un sensual beso y justo cuando comenzó a seguirme, corrí mi rostro.

—Te detesto— me dijo con asco.
—Yo más — nuevamente me aproxime a sus labios y esta vez fue él quien se hizo a un lado y se puso de pie. 

—Lo vez— rápidamente me pare al igual que él y lo abracé por la espalda 
—Eres un tierno— solté una carcajada y note como quería reír —Mira— le dije rodeándolo —Vamos a llevarnos bien— me pare frente a él.

— ¿Que parte de ‘No me interesa convivir contigo’ no entiendes? Ya te lo he dicho bastantes veces y contigo se debería de aplicar ese dicho que dice si quieres que una persona te deje en paz deseale bien porque si haces lo contrario a como regresan a fastidiar— dijo con fastidio.

—Entiendo la frase— sonreí —Pero sé que no lo dices en verdad— moví mi dedo índice alrededor de su nariz como tratando de hacerlo reír —Y se que muy, muy pero muy adentro— me puse en las puntas de los pies —Quieres ‘convivir’ conmigo.

— Mira como me rio ¡Já já já!— dijo sarcástico 

—Oh vamos Gianluca— curve mi labio inferior hacia afuera haciendo una mueca de tristeza 

—Pero yo no soy superficial como tú— enfatizo superficial
—Bueno entonces por qué no me dejas conocerte e intentas conocerme— sonreí de oreja a oreja 

—Ya te lo dije… 100 000 y una vez más tu tipo de gente hipocrita no me agrada y..— lo interrumpí, terminando la oración que seguramente diría.

Regresamos a nuestros deberes y continuamos respondiendo la guía, pero el silencio me mataba, hasta que finalmente conseguí hacerlo hablar. Yo le hacía preguntas y el las respondía, sin embargo se negaba a preguntarme algo. 

Su color favorito era el azul, comida favorita la italiana, sabía tocar la guitarra, trabaja en la tienda de música de lunes a domingo y su amigo lo estába cubriendo mientras que terminaba el trabajo conmigo, la chica rubia en la tienda de discos era la version de Ignazio pero en mujer. Traduccion Zophie era la mejor amiga de Gianluca desde peques y tenian más que una simple amistad lo que tenían en realidad era una hermandad. 

Zophie adoraba a Gian pero era como una segunda madre para Adriana y para el pequeño Marko. 

Gian no tiene novia y me detestaba. Aunque eso último no es algo que yo no supiera, de todos modos me lo recordó. 

— ¡Vamos pregúntame ahora tú!— insistí pero él seguía negándose a preguntarme

—No.

— ¿Por qué no?— dije con voz de niña pequeña —Debe de haber algo que quieres preguntarme— sonreía todo lo que mis mejillas me permitían

—Ya te dije que no— dios pero como es difícil este chico

—Anda— pedí nuevamente —Solo una.

— ¿Te callaras si te pregunto?

—Si si si— dije rápidamente

—Listo— sonrió y se volvió a la guía nuevamente

— ¿Listo qué?— pregunte sin entender 

—Ya, ya te pregunte que si te callarías si te preguntaba y ya me respondiste, no molestes más— explicó sin voltear a verme 

—Que gracioso— dije sarcásticamente

— ¿Tu e Ignazio son algo?— rompió el silencio que nuevamente se había apoderado de la sala

—”Algo” ¿en qué sentido?— pregunté ya que no sabía bien a qué se refería

—Ósea salen o salieron…— especificó

—No salimos ni saldremos— explique sin despegar mi mirada —El es mi mejor amigo, como mi hermano— sonreí inconscientemente — ¿Por qué? ¿Estás celoso?— pregunté divertida, yo ya había aguantado sus ‘Estas celosa’ cuando pregunte por Zophie.

—Quisieras— dijo riendo

—Hey estas riendo— le dije victoriosa 
Tome mi bolso, ya eran las ocho, así que iría por Adriana y Marko para después dejarme en mi casa.

— ¿ Gianluca?— le dije ya en el auto 

— ¿Qué?

—Se dice “Mande” grosero— le dije riendo

—Mande Señorita ‘Soy la más educada del mundo’

—Quería preguntarte otra cosa— dije algo intimidada, ante la pregunta que le haría.

—Pues me has hecho muchas preguntas ya así que anda preguntame lo que quieras— dijo seguro viendo el camino.

Monday, August 27, 2012

Capítulo 20 "Hechale leña al fuego Candela"




— ¿Yo? — Soltó una carcajada — ¿Gustarte? Por favor— dijo irónico 
—A ti te gustan los engreídos, creídos, esos, vestiditos formalmente con dinero, popularidad y autos deportivos— describió con exactitud a José. 

—Tú, me critícas mucho sin si quiera conocerme Ginoble.

—No necesito conocerte más para saber cómo eres— contestó seguro.

—Ya te lo dije Gianluca— mientras me acercaba lentamente a sus labios.

—Voy a hacer que te tragues tus palabras— susurré sobre sus labios, los cuales entre abrió esperando que lo besára. Pero al contrario, lo solté y de un brinco baje el escalón sacándole la vuelta y caminé hacia la puerta. 

En segundos Adriana y Marko bajaron las escaleras. 

— Gianluca — dijo el pequeño — ¿Puedo ir a casa de Demian?— 

-Perfecto tendríamos la casa para nosotros solos- pensé

—Está bien, pero pasaré por ti después de que pase por Adriana a su fiesta— le dijo y Marko sonrió.

—Lindos pies descalzos — dijo Marko riendo 

—¿Lo ves…?— alargue dirigiéndome a Gianluca —Tú eres el único que no los aprecia. — le reclamé.

—Si claro— dijo sarcásticamente —Bien sabes que te estás muriendo por ponerte tus zapatos — Y tenía razón.

Después de detenernos en una tienda para comprar un regalo, dejamos a Adriana en la fiesta de cumpleaños y a Marko en casa de su amigo. 
La fiesta terminaba a las 10 de la noche, así que tendríamos casi 5 horas y media solos.

Regresámos a la casa de Gianluca y al entrar a la sala me sorprendió con su pregunta.

— ¿Cuánto fue de lo de Adriana?— preguntó sacando su billetera de la bolsa trasera de su pantalón.

—No fue nada— deje mi bolsa en uno de los sillones de la sala.
—Fue un regalo que yo le hice a Adriana— era verdad, además yo creo que Gianluca se infartaría con la cuenta, cualquier persona lo haría. Excepto mi madre que tiene cosas más importantes que hacer que revisar en que uso mi tarjeta.

—¡Claro que no!— dijo serio —Te lo pagare ¿Cuánto fue?— preguntó nuevamente

—Ya te lo dije.

—Si estas tratando de quedar bien, no lo vas a lograr comprando a mi hermana— me señalo con su dedo índice.

—Es de mala educación señalar a las personas— baje su mano con la mia —Y no— reí —No estoy tratando de quedar bien, y mucho menos tratando de comprar a tu hermana. 
— No mentía —Además ¿por qué me interesaría quedar bien contigo? ¿Quién te crees?— levanté mi ceja izquierda. 

— ¿Lo ves?— hablo y dió un paso hacia mí 
—Primero me besas, te dejas, te beso, te “ofendes”, me provocas y huyes..— seguía acercándose a mí y por ende comencé a retroceder —Dices que soló tú puedes jugar conmigo. Luego te gusto y ahora no soy nadie importante— 

Su mirada era bastante intimidante -Estúpida pared, como te atreves a evitarme el paso- ya no podía retroceder más 

—Ves porque te considero una hueca, egocéntrica, que sólo piensas en lo que tu quieres y lo que te conviene, que…— no lo deje seguir con mis “defectos” y como otras veces lo tomé del cuello y lo atraje a mí, sólo que ahora yo marcaba el ritmo evitando que notara mi inseguridad ya que no estaba muy confiada de que me siguiera pero al parecer me equivoque, pegó su cuerpo al mío, tanto que ni la más mínima corriente de aire era capaz de pasar entre nosotros, sus manos se posaron en mi cintura sosteniéndome con firmeza. 

Su lengua se introdujo abruptamente en mi boca, el roce de su carnosos labios con los míos era algo delirante. El abastecimiento de oxígeno en mis pulmones comenzaba a disminuir. Me separé de sus labios tratando de recuperar la mayor cantidad de oxígeno posible, heché mi cabeza hacia atrás dándole el acceso total a mi cuello, el cuál con desenfreno comenzó a besar volviéndome totalmente loca.

Regresó a mis labios, rosaba, mordía, succionaba, hacía con ellos lo que le placía, y por mí, no había problema alguno. Una de sus manos que masajeaban mi cintura mortalmente comenzó a bajar hacia mi cadera hasta llegar a mi pierna, alzo esta a la altura de su cadera, en automático entendí y me sujete de su cuello, sin nunca separar nuestros labios me levanto como si pesara menos que una pluma, rápidamente forme una llave con mis piernas alrededor de su cintura para evitar ser atraída hacia el piso.

Seguía besándome de esa manera tan intensa y única. ¿Pero cómo podía causar tanto en mí con un simple beso? Eran increíbles las sensaciones que me hacia experimentar.

Una de mis manos se mantenía en su nuca, atrayéndolo hacia mí dándole mayor profundidad al pasional beso, además me aseguraba de que no se alejara de mis labios, aunque dudo que este pensamiento le pasará por la mente.

Su lengua recorría cada centímetro cuadrado de mi boca, robándose por completo mi abastecimiento de oxígeno, no podía más, era seguir con ese beso y prácticamente morir. 

Mi otra mano se encontraba en su mejilla, subí está haciendo hacia atrás su perfecto cabello, corrí mi rostro unos centímetros solo para poder respirar, pero él no se detenía. ¿Qué acaso pretendía matarme? 
Comenzó a bajar con sus besos por mi mejilla hasta llegar a mi cuello. Por instinto hice mi cabeza hacia atrás, dándole el acceso total a esa zona tan sensible.
Rosaba, mordía, besaba, simplemente hacia lo que le placía conmigo. Asi que era ahora o nunca, más bien era ahora o más delante no poder detenerme.

Lo tome de la barbilla y lo guié nuevamente hacia mis labios y lo besé nuevamente, como si no hubiera mañana. 

—Dios, este hombre no puede ser más provocativo- afirmé en mi interior, al mismo tiempo que -en contra de mi voluntad- lo separé de mis labios uniendo nuestras frentes. Abrí lentamente los ojos, ya que aún estaba tratando de controlar mi sistema nervioso. 

Sus labios estaban el doble de gruesos y de un rojo cereza. Me había equivocado. Si podía ser más provocativo. Sus ojos color miel me miraban fijamente, más no fríamente como de costumbre, tal vez me arrepentiría de esto.

—…Y te volví a besar— susurré sobre sus labios con un tonó de voz victorioso, antes de deshacer la llave que había formado con mis piernas alrededor de él.

Me bajo esquivando mi mirada, la verdad yo esperaba un ‘¡Lo ves! ¡Ves cómo eres!’ pero nada. Su cara de estupefacción era indescriptible, no sé si era enojo, decepción, fastidio. O tal vez una mescla de todas. 
Acomode mi vestido y mi cabello antes de sacarle la vuelta. 

— ¿Empezamos con la guía?— pregunté como si absolutamente nada hubiera pasado. Me di la media vuelta para poder verlo, pero él seguía de frente a la pared, y me ponía algo nerviosa. Tal vez había alterado “algo” más que su respiración. 

Se dio la vuelta y caminó hacia mí, mis nervios con obvia razón aumentaron. Todo pasaba por mi mente, 

—¿Que me hará? ¿Un golpe? ¿Violación?- reí estúpidamente en mi interior por mis tontos pensamientos. Estába a solo unos centímetros de mí, pero no se acercó a mí como yo creía que lo haría, me sacó la vuelta y se dirijo a la mesa que estaba detrás de mí y tomó el enorme paquete de hojas. Tomo la mitad aproximadamente y me lo entrego. 
Sonreí y tome las hojas, mi objetivo era hacerlo enloquecer por completo. Y si a la primera le doy el ‘paquete completo’ no serviría de nada. 

Además no soy una fácil. En realidad no lo soy, se podría decir que a él le estaba facilitando un poco las cosas y eso porque no veía de que otra manera podría volverlo loco.

Me senté en el sillón donde había dejado mi bolsa, Gianluca también se sentó pero del otro extremo del sillón, no era mucha la distancia ya que era un sillón solo para tres personas. 

— ¿Por qué tan lejos?— le pregunté divertida —No muerdo— tomé un bolígrafo color rosa de mi bolsa —…A menos que quieras— volteé a verlo y una pequeña sonrisa comenzaba a asomarse en su rostro, pero al sentir mi mirada la desapareció. 

—Oh vamos— alargue riendo —Sé que quieres reírte— le dije y solo negó con la cabeza sin despegar la mirada de las hojas.

—Te vuelvo loco, lo sé— dije entre risas.

—Por qué no dejas de decir tonterias y comienzas a responder las preguntas Zulema Perez— al menos no lo negó, puede ser una estupidez cierta.

Comencé a contestar pregunta por pregunta de la inútil guía, 
—Para que nos daban una guía si ni siquiera tendríamos exámen.

—Cada hoja que respondía la ponía a entre Gianluca y yo.

—Si no sabes las respuestas búscalas en el libro— habló nuevamente sin voltear a verme, tal vez creía que las hojas que dejaba entre nosotros eran porque no me sabía las respuestas.

— ¿Quien dice que no las sé?— pregunté girándome hacia él, levantó su mirada y tomó todas las hojas que estaban en el sillón. 

Sólo lo observaba mirando las hojas contestadas con tinta rosa.
 —Ya te lo dije Gianluca — me observó —Soy más lista de lo que crees.

Thursday, August 23, 2012

Capítulo 19 "Brujería"



Dios… tenía un horrible nudo en la garganta. 
Eso me explicaba mucho la dura forma de ser de Gianluca.
Trabajar, estudiar y además hacerse cargo de sus pequeños hermanos. 

A pesar del que el comentario de Adriana me había dejado en shock, el regreso fue divertido con sus inocentes preguntas sobre su hermano y yo. 

—Zulema dime la verdad, ¿son novios?—

—Para nada, no niego que tu hermano es guapo pero dime la verdad ¿Tú crees que el de verdad pueda conquistar a alguien con ese humor que se carga?—dije riendo.

—Pues yo se que mi hermano no es ninguna perita en dulce Zule pero creo que es un diamante en bruto que hace falta pulir. Y yo creo que ese trapito que lo puede hacer brilla ¡Eres tu!— me dijo bastante seria.

Bajamos del auto y de cerca de veinte bolsas que había en la maletera del auto de Gianluca más de la mitad eran de Adriana.

Ella tomó algunas, y yo tomé el resto y una bolsa de las mías con una “compra especial”

Llegámos a la puerta y tocámos el típico timbre de las tres campanas y fue Gianluca quien nos abrió.

—Son las 9:00 de la noche— nos informó en tono de reproche.

— ¿Las nueve?— pregunté sorprendida, como si no me hubiera dado cuenta de que nos habíamos demorado horas comprando. 

—Adriana debes dormir ahora mañana deberas estar radiante para tu fiesta nena— le dije acelerada.

—Gianluca si no es mucho pedir puedo llamar a un taxi con tu telefono, lo que pasa es que el mio se quedo sin bateria— pregunté mientras le mostraba mi celular completamente muerto.

—¡Claro que no usarás mi teléfono!— me dijo enojado —Después del gran favor que le hiciste a mi hermana es más que justo que te lleve de regreso a tu casa yo mismo—

Al principio sus palabras me confundieron pero algo dentro de mi se alegraba al saber que el con gusto me quería llevar a mi casa. 
Adriana entró a la casa mientras decia —Mañana a las 3 sin falta Zule—

—Claro que sí aquí estaré— le confirmé.

—Vamos sube— dijo Gianluca mientras me abria la puerta del auto.
—Claro— me limite a contestar y me senté en el asiento del copiloto.

Gianluca se acercó para abrocharme el cinturon de seguridad pero yo ya lo había tomado con mis dos manos. El lo tomó de entre mis manos sin dejar de mirarme. En un momento todo el mundo dejo de existir y nos perdimos viendonos el uno al otro. Sólo existíamos él y yo o al menos así me sentía yo. 

De repente el bajo la miraba y me abrochó el cinturón en ese momento aproveché lo tome del cuello y le dije —Gracias Gianluca— seguido de esto lo besé y el respondió a mi beso. 

—Es tarde tienes que dormir— se limitó a decir.

Yo estaba atontada con tanta magia que no dije nada más. Así seguimos los dos todo el trayecto a casa sin palabras. 

Cuando llegámos a mi casa él sólo estaciono el auto. 
Yo tampoco quería decir nada más todo era demásiado confuso y en ese momento el silencio era el mejor compañero de ambos.

 Abrí la puerta del auto y justo cuando me iba a bajar sentí como Gianluca me tomabá de la muñeca. Volteé para mirarlo.

—Gracias por ayudar a mi hermana Zulema—
—No es nada Gianluca, no hice nada que no me gustará— le guiñe un ojo —Hasta mañana— me baje del carro y entre a mi casa.

Cuando me baje del auto recorde que tenía una cita con Verónica

—En verdad me preocupa, que me querra decir— hable conmigo misma mientras me ponía un poco de labial. 

baje del auto y escuche que alguien llamaba mi nombre.

—Zulema, Zulema, Buenos días— era Laz

—Hola amigo ¿Cómo te encuentras?— sonreí

—Bien Zule de mejor humor las cosas no siempre pueden ser negras y parece que empiezo a ver la luz— rió

—Ja Ja Ja si ves la luz no la sigas Laz— bromeé

En ese momento observe a Vero caminando en mi dirección

—Hola Zulema— me saludó —Hola Laz— lo saludo a él también

—Hola nena—le contestó Laz.

—Dejemos los saludos para despues, mejor dime a que te mando tu reina Linda— pregunté

—Ella no me mando a nada vengo aquí porque aunque no me creas yo no soy su subdita ni nada de lo que piensas. Yo soy una persona independiente que hasta hace unos días creía en todas las cosas que malas que ella me decía de tí y por eso en cierta parte estaba de su lado. Pero también se reconocer cuando me he equivocado y por eso estoy aquí.— se quedó observandome para obtener mi respuesta.

—¿Qué qué What? ¿Esto es una broma?— no podía creer lo que acababa de escuchar. 

—Creo que este es un asunto de dos y yo salgo sobrando— dijo Laz y siguió caminando hacía la universidad.
—No es ninguna broma se que he cometido errores y no espero que me perdones eso sería mucho pedir, pero si en algo puedo ayudarte lo haré y creo que tengo información que te puede ayudar a recuperar a José si aún te importa. No es justo lo que Linda hizo— 

—Que va a mi él ya no me importa. Lo que si me importa es saber que sabes tu pero aclaro que no es para recuperarlo— afrimé

—Es algo privado y a lo mejor loco. Linda siempre estuvo enamorada de José y no se si recuerdes que ella lo seducía y él nunca caía— preguntó 

—Si si lo recuerdo incluso le llegó a dejar cartas y flores en el parabrisas del carro— dije

—Ok cuando Linda vió que nada de eso servía armo un plan que esta increible pero es cierto y al parecer fincionó— agachó la cabeza

—¿Que plan? — pregunté

—¿Recuerdas las fotos firmadas por él que estaban en tu casillero de la clase de Educación Física?— me contestó con otra pregunta.

—Claro que las recuerdo por cierto se me perdieron o más bien dicho alguien se las robó— fruncí el ceño.

—En efecto Linda las tomó y las llevó con una persona para hacerle un amarré a José— concluyó

—No te lo puedo creer, claro aquí había algo raro y que mejor explicación que esta— Nunca creí a Linda ser capáz de caer tan bajo recurrir a cosas obscuras con tal de ganarse el amor de mi antiguo novio.

—Y a todo esto por que me lo cuentas Vero que me vas a pedir a cambio— 

—No quiero nada lo único que quiero es ser una nueva persona y que mejor que empezar contigo. Jamás te pediría que fueramos amigas pero si algún día necesitas algo de mí no dudes en pedirlo. No soy tan mala como crees— me dijo dulcemente mientras dió la media vuelta y caminó hacía la universidad también.

Admito que estaba demasiado confundida pero en verdad Vero sonaba sincera. Qué cosas en mis manos estaba descubrir el embrujo de linda o dejarla así con mi ex novio que era lo que tenía que hacer. No lo sabía. 

Todo el día las palabras de Vero sonaron en mi cabeza una y otra vez.

Cuando salímos escuché una voz

—Son las 3:05pm y tu tenías una cita con mi hermana a las 3:00pm— era Gianluca recordandome la cita con Adriana.

Corrí hacía mi auto, maneje lo más rápido que pude y en 10 minutos ya había llegado a la casa de Gianluca. Toqué el timbre y Adriana me abró la puerta.

—Corre Adriana— le dije alterada

—La fiesta es a las cuatro— le dije recordando la hora marcada con letras rosas en la invitación.

Ambas corrimos escaleras arriba ignorando por completo a Gianluca que justo había llegado detrás de mi en su motocicleta.

Seguí a Adriana hasta su habitación esta era un color violeta su dormitorio estaba decorado por muebles blancos, con una cama de color madera pálido, digno de una princesa, con un delegado velo que la cubría cayendo desde el techo, sin duda una cama hermosa.

—Que linda habitación tienes Adriana— le dije mientras corría el velo que cubría la cama para ver todas las bolsas en esta. Ella solo soltó una ligera risa. 

—Bueno anda a ducharte— le dije y asintió con la cabeza antes de entrar al baño.

Comencé a sacar de las bolsas su ropa nueva que habíamos comprado el día anterior y la acómode en su guarda ropa, efectivamente si tenía vestidos, pero se notaba a simple vista que no le quedaban más.
Guarde todos dejando afuera un vestido violeta ya que al parecer era su color favorito, también deje afuera unos zapatos plateados. Se vería hermosa en ese outfit.

Salí de la habitación para que se vistiera, una vez lista me llamó, se veía preciosa.

—Ven para peinarte— le dije y comencé a enchinar su cabello y a acomodar su cabello. 

— ¿Lista?— le pregunté y con una enorme sonrisa asintió con la cabeza, estábamos por salir cuando recordé. — ¡Espera!— le dije señalando mi bolsa con la “compra especial” y Adriana comenzó a reír.

—¿Que es?— preguntó

—Espero que lo uses siempre y que te de mucha suerte en tu fiesta Adriana— le dije mientras ponía en ella un pendiente de cristal en forma de corazón. 

Me senté en la cama estaba cansada y me quite mis tacones me quede observando lo bella que se veía y en lo feliz que me sentía de estar ayudando a alguien y por primera vez no tratar de ser yo el centro de atención.

—¿Crees que a Gian le gusté?— sonrió

—Claro que si le encantará verte así de Linda— contesté con una gran sonrisa.

Bajamos las escaleras en pequeños saltos, y a la mitad de la escalera logre ver a Gianluca abajo viéndonos.

—Acá te hago entrega de tu princesa— Adriana estalló en risas. Yo miraba a Gianluca expectante, esperando que le dijera algo, mínimo un “Que bonita” pero el desabrido de su hermano sólo la abrazó y le dió un beso en la mejilla.

Cambié mi mirada “expectante” por una fulminante y sin que Adriana se diera cuenta articule sin sonido “Dile algo” 
Me obedeció 

—Te vez hermosa. — le dijo y Adriana rodeo su cuello con sus brazos. 
—Ve y llama a Marko, para ir a dejarte— le dijo soltandola de su abrazo y esta volvió a subir las escaleras para llamar a su hermano. 
— Te veo más…— seguramente quería decir “baja” ya que volteó hacia abajo buscando mis tacones, pero estos no estaban más. 

— ¿Y eso?— soltó una carcajada di un paso hacia atrás para subir al primer escalón y estar más a su altura.

—Bueno, ya que siempre me críticas y me dices que soy una “hueca” por mi forma de vestir me quite mis tacones para descansar ¿Te molesta?— 

Gianluca seguía riendo 

—Tal vez— alargue —Con esto ya no digas que soy más “estúpida superficial”— sonreí 
—Porque ambos sabemos que tu sabes que no lo soy— concluí

—No lógro entender por qué tienes tanto interés en agradarme— dió un paso hacia mí — ¿Me lo puedes explicar tú?— me miraba fijamente — ¿Me puedes decir por qué tienes tanto interés hacia mí?

—Puede ser porque quiero que seamos amigos…— pase mis manos por su cuello —…o puede ser que me gustes— era más que obvio que no le diría “Por que hice una apuesta con Ignazio”


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