Al mismo tiempo una misma imagen pero con diferente ventana era plasmada esa noche de perfecta frescura y calidez era la imagen de Zulema sentada en su balcón maldiciendo y a la misma vez añorando la llamada de aquel que le prometió que le marcaría. Abrió el ventanal para sentir el aire recorrer por su cuerpo mientras ella tómaba un poco de te frio para controlar las ancías de hacer la llamada ella misma.
—Pero ¿Qué o quién te crees Gianlucca? pues no se lo que te creas, pero a mi no me vas a tener esperando tu llamada como tonta— me atreví a decir.. mientras debatía si debía o no apretar ese botón de “llamar”
—¿Pero que el lo que te pasa? pareces una pscicopata, dejalo que te busque Zulema— me reprochó mi subconsiente.
¿Y en verdad qué era lo que me pasaba? que era lo que sentía? Pues fuera lo que fuera no podía ser amor.. yo no debía amar a una persona tan arrogante, incapáz de amarse ni a él mismo sin agregar el hecho de que me aborrecía y me trataba peor que a un perro de la calle.
—Es sólo una apuesta, Es sólo una apuesta.. — me recordé
Francamente desánimada decidí entrar a mi cuarto para acostarme a dormir, deje la taza de té en mi buró y me tiré boca abajo en mi cama con celular en mano —En fin si no me quiere llamar que no lo haga favor que me hace— dije antes de poner mi cara contra la almohada y cerrar mis ojos.
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No recuerdo haber tomado tanto así antes en mi vida. Caminé hacía Fernando y sin pensarlo le dije:
— Hermano es mi útlima cerveza cuida mucho a Zophie yo me voy, me siento muy mal y en el estado en el que ando no la pienso arriesgar— le supliqué
—¿No!!! cómo crees que te vas a ir en ese estado de intoxicación Gian? ni si quiera lo pienses— me advirtió.
Luego llamó a Zophie con una seña para que se acercará a donde nos encontrabamos.
—Se quiere ir Flaka pero no creo que sea lo más conveniente haz que entré en razón, llévalo a mi cuarto para que descanse— pero que les pasaba me querían cuidar como a un bebé. Estába tómado pero no perdido.
—Vamos chiquito sigueme, descansa un rato y después te vas si así lo deseas— me dijo Zophie y como sabía que no le iba a ganar preferí dejar que me escoltará al cuarto de su amado.
—Acuestate Gian, y dame ese celular— dijo mientras intentaba arrebatarme el celular. —Sé que estabdo cómo estás puedes hacer cualquier locura— agregó.
—Obviamente no haré ninguna locura es solo que ocupo mi alarma si me quedo dormido— mentí
Zophia se quedó pensativa por unos instantes y sin más que refutar me devolvió el teléfono.
—Cuidate Gian no hagas nada de lo que después te puedas arrepentir— concluyó.
—Claro que no ya te dije me portaré muy pero muy bien— le aseguré.
—Te quiero— dijo mientras salía cerrando la puerta después de salr ella.
Abrí mi celular y ya sin pensar nada más apreté ese botón de “llamar”....
El teléfono sonó y sonó ..... “Hola estás hablando al celular de Zulema Pérez, por el momento no estoy disponible pero dejame tu nombre, mensaje y número de teléfono y yo te devuelvo la llamada más adelante”
—¡Oh rayos!— para eso me había demorado tanto en marcar ? si hubiera sabido que me iba a contestar el buzón de voz hubiera marcado desde hace horas.
Pero en realidad yo no quería escuchar a un mensaje de voz, así que volví a marcar.. sin obtener respuesta alguna nuevamente.
Triste por mi fallido intento de comunicarme con ella decidí que al menos era un consuelo escuchar su tonta voz aunque fuera en su correo de voz así que me aventuré a marcar por tercera vez.
—Aló— me tomó por sorpresa esa respuesta y mi corazón empezó a palpitar a todo lo que más podía.
—Hola— fue lo único que me dejaron decir esas mariposas en el estómago y entonces todo quedo en silencio. —Hey! Hola hola ¿Por qué no contestas Zule?— pregunté
—¿Nazio....?— tanto lo quería? seguramente si era todo lo que añoraba, seguramente hasta con el soñaba.
—Frio, Frio— contesté serio
—¿Ya viste la hora que es? Qué te hizo pensar que era una buena hora para saludar? quien quiera que seas— dijo molesta.
—La verdad no tengo ni la menor idea de que hora sea, y no llamé para pedir la hora tampoco, mucho menos para recibir consejos ni reclamos, sólo recuerda que prometí llamar— no que no pensé
..........
Al escuchar el prometí llamar mis ojos se abrieron automáticamente como si me hubíeran hechado una cubetada de agua con hielos, me senté en la cama y los nervios comenzaron a apoderarse de mi cuerpo y mi lengua la cuál planeaba jugarle una trampa de seguridad a mi mayor torturador.
—¿Gian??? Ah de vardad sabes que? había olvidado que me llamarías osea no creas que ocupas un lugar en mi lista de cosas importantes por hacer— dije con obvió sárcasmo.
—Además no te escuchas nada bien ¿Estás tomando?—
—Odio tu egolatría.. ¿tomando yo? .. no ya no— respondió de una manera positiva mientras tomaba el último trago de lo que imagino era una bebida alcoholica. Evidentemente el alcohol había logrado que se quitara esa máscara de rudeza y frialdad ante mí.
—Pues sea como sea son las 4 de la mañana podrías ser más conciente y pues si tu te diviertes a esta hora también deberías saber que hay gente que descansa a esta hora o al menos eso tratámos antes de que un loco llame y detrás de un teléfono pretenda jugar.
—¿Ves lo que causas Zulemita?—
—¿Causar Yoooo?— haber déjame te recuerdo que tu mismo fuiste el que me pediste alejarme y yo decidí obedecer a tus ordenes amó— solté una risita irónica.
—¿Y de cuando acá es la niña tan obediente?—
—Jhá— respondí
—¿Dime en verdad eres tan obediente, en verdad lo eres? contéstame porque estoy a punto de pedirte una sola cosa.— su pregunta era demásiado intriganté ¿A que se refería?
—¿De que estás hablando niño?— le contesté con otra pregunta.
— De que según tu me pides que te deje en paz por algo que según yo te pedí, bueno si así eres de obediente con lo que te pido pues, quiero pedirte algo mas
—Odio el misterio de tus palabras Ginoble—
—Te extraño amor.. esta noche me pusé a recordar los momentos que hemos pasado juntos...—
—¿Amor??? vaya que estás bastante tomado, más de lo que creí. Umm momentos ¿De cuales hablas eh? no hemos pasado de sólo besos robados, roses de piel, unión de respiraciones etc. porque sigo provocandote miedo— reí
—Claro que no... es sólo que... aprovechemos el momento, es un buen momento, yo, tu.. lo que queda de alcohol y esa hermosa luna que aún queda en el cielo—
—¿Acaso el alcohol te está dando la valentía que te hace falta en sobriedad para poder pedirme esto?— dije seria
—No lo sé pero ¿Por qué no dejamos de lado el tema y hablamos de cosas que nos hagan sentir bien?
—Eres muy misterioso, dime mejor ¿Qué es lo que está pasando en este momento por tu mente?—
—Ummm por mi mente.. tu cuerpo, tu piel, tu aroma, tus caricias, tus labios, mis ganas de basarte y de perder el pudor— no creía lo que estaba escuchando.
—Wow fuertes confesiones Gian pero sinceramente yo también he pensado mucho en ti, más de lo que debería. En el rose de mis dedos recorriendo tu espalda, morder tus labios, tus manos alrededor de mi cintura, oler tu piel....—
—Zule erizas mi piel de tan sólo mencionarmelo en este momento pienso que puedo perder lo poco que queda de cordura en mi y puedo hablar de más— me interrumpió
—Pues que bueno que al menos no seas de hielo cielo porque yo sí siento una cálidez en mi cuerpo que pide tenerte al lado mio y sentir tus labios en mi cuello mientras nuestros cuerpos se rozan— dije mordiendo mis labios.
—Mis labios en tu cuello sería el comienzo de la expedición que mi boca pide, una expedición por todos los rincones inexplorados de tu cuerpo monumental—
—No me digas eso, ¿sabes que provocas? quisiera tenerte frente a mi, estar recostada al lado tuyo, ver tu cara, poder quitar esa camisa lentamente, con la frescura de esta noche que se esta tornando bastante calida....
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