Thursday, September 6, 2012

Capítulo 23 "Wow Wow Wow y más Wow"




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Paso por ti mañana ¿sí?” leí el mensaje que había llegado a mi celular 
“Eso ni lo preguntes, dalo por hecho” lo respondí

Continúe cambiándome, estaba cansada. Más bien fastidiada. Habíamos pasado todo el día contestando esa tediosa guía, lo único que quería era dormir.

“Muy bien, y ¿entonces? ¿Qué tal te fue? :)” - recibido Sep 3, 11:36 pm

 me deje caer en la cama con el celular en las manos y comencé a teclear.

“Excelente, tanto que puedo asegurar que has perdido la apuesta. No te sorprendas cuando Ginoble admita que esta locamente enamorado de mi’”enviado. ­ enviado Sep 3, 11:38pm

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Dejé mi celular en la mesa de noche y apague las luces y en menos de cinco minutos había caído en un profundo sueño.

— ¿Y cómo te fue a ti en tu cena con Bella?— pregunté divertida
—Genial— contestó Ignazio con esa perfecta sonrisa — Oficialmente somos novios y eso me tiene feliz—

—Felicidades— dije sonriente, me gustaba verlo así de feliz. Y aunque Bella aún, no fuera cien por ciento de mi agrado se que era buena persona y que si a él lo hacía feliz entonces conmigo todo estaría bien—¿Después me contarás?— pregunté esperando un sí como respuesta 

—Claro que sí querida— me dijo mientras de daba una palmadita en la mejilla.


La campana que avisaba el inicio de la primera clase hizo que entráramos al salón. 

Me senté en mi lugar de siempre, abrí mi bolso y me dí cuenta de que no traía mi libro —Rayos— pensé molesta, ahora tendría que regresar a mi casillero. 
Me puse de pie y salí del salón aprovechando que el profesor aún no había llegado y justo cuando salía Gianluca venia entrando. 

—Hola lindo…— dije en un susurro sólo audible para nosotros dos. Negó con la cabeza sin dejar de caminar. Sin duda la palabra “Creído” le quedaba corta; con ese pensamiento seguí caminando hacía mi casillero.

El pasillo ya estaba vacío, giré hacia la derecha para caminar por el pasillo donde estaba mi casillero y fue ahí cuando ví a esa desagradable persona.

— ¡Eres un idiota!— le dije a unos cuantos pasos de él.

— ¿Qué?— soltó una carcajada.

—Como que ¿Qué?— fingí una voz grave .

—Ah, no me digas que Ginoble te contó el susto que le dí.

— ¿El susto que le diste?— me había confirmado que él había sido el que casi nos pasa por encima con el auto. —No, no me lo contó animal— le contesté ahora más que molesta —Yo iba en el auto con otras dos PERSONAS— le grite.

— ¿Tu ibas con él?— frunció el ceño. — señoras y señoras José se moría de celos. 

— ¿Por qué demonios ibas con él Zule?— dio dos pasos al frente quedando peligrosamente cerca.

—Que te importa— le contesté de mala gana 
—Solo deja de hacer estupideces que relacionen a Gianluca y a mi— dije y me di la media vuelta pero me tomo rápidamente de la muñeca y de un solo jalón me regreso hacia él.

—Que bajo caíste ¡eh!— se refería a Gianluca. Me empujo ligeramente hasta ponerme contra uno de los tantos casilleros, haciendo la distancia entre nosotros de un centímetro a nada.



Comenzó a acercarse más y más, Dios jamás había podido resistirme a esa profunda mirada.

—Claro que no caí bajo…— susurré — moviendo mi cabeza para evadir lo que venía a continuación —Y lo sabes muy bien— si no era así por que se estaba literalmente muriéndose de celos. Intente hacerme hacia un lado para escaparme de su aprisionamiento, pero fue inútil.

—No me digas que ese imbécil te soporta tus caprichos— levantó su ceja.

—No solo los soporta…— ahora yo acorte la distancia entre nosotros, -Rayos que ganas de besar esos rojos labios- pensé perdida en ellos —Los cumple. — está bien tal vez no era del todo cierto, o no era para nada cierto, pero José no tenía por que saberlo. A este punto ya que no le diría “José en realidad estoy sola, porque Gianluca ni la hora me quiere dar y te sigo amando y solo le hablo porque hice una estúpida apuesta con Nazio”.

Tire fuerte de mi brazo logrando que me soltára y así regresar al salón de clases sin siquiera detenerme por el libro que había olvidado.

— ¿Pu.....Puedo entrar?— tartamudee.

—Llega tarde una vez más Pérez— me informó 
—Lo siento— me disculpé y entré para caminar hacia mi lugar.
Dios mío, mi corazón estaba a punto de descolocarse, ante la velocidad con la que palpitaba, -Vendrás a rogarme para que vuelva contigo Josesito.

*Hora Para Saber que pasaba por la mente de Gian.

—Hola Lindo— susurró al momento de pasar a mi lado, así que supuse que me lo decía a mí. ¿Qué no se cansaba de que la rechazára? Negué con la cabeza y no detuve mi paso al igual que ella.

Después de todo no y por más que el corazón me lo dijera sabía que no debía confiar en ella.


Camine hasta mi lugar, deje caer mi mochila a un lado y me senté, para esperar a que el tipo ese que se hacía llamar ‘maestro’ terminará su taza de café y le dieran ganas de entrar a dar clase.

Volteé hacia la derecha, ahí estaba Ignazio con su novia, conquista en turno o lo que fuera no me interesaba lo que fueran, y poco a poco el salón se iba llenando, hoy seguramente Zulema estaría sola. 
Lo que daba como resultado Zulema Peréz molestándome a mí. Intente concentrarme en otra cosa aunque fuera por un momento y la ví. A mi adorada y siempre hermosa Zophie.

—¿A donde crees que vas mi vida?— Me atreví a decir sintiendo la mirada de Ignazio que si hubieran sido balazos hubiera caído muerto al instante.

—Pues a mi lugar chiquito— me contestó linda como siempre.

Zophie era mi mejor amiga habíamos crecido juntos. Ella era mi confidente la única persona que sabía mis fortunas y mis desgracias. Recordaba esos días de confusión en los que tontamente creímos que podíamos ser más que amigos y y tambíen recordaba como fueron los más terribles de nuestras vidas ya que simplemente como pareja nunca funcionamos. En fin yo sabía que ella era una gran persona y ella era la única que podía hacerme dejar de pensar en el higadito de Zulema Perez.

—No ven sientate a mi lado— le dije mientras tocaba con mi mano el aciento adyacente al mio.

Ella sonrió y su pregunta me tomó por sorpresa

—¿Gian tan pronto caíste en sus redes?—

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